• 09/11/2015
  • Clinica Julián Rodas   Diagnosticos implatología   clinica en Córdoba    

Hay que volver a lo que siempre ha sido la medicina: el diagnóstico multidisciplinar

El cirujano maxilofacial en Córdoba Julián Rodas celebra el próximo mes de noviembre un año desde la apertura de su nueva clínica en Córdoba, junto a la torre Malmuerta, en la que ha notado una inmensa mejoría, no solo a nivel médico sino también por volumen de pacientes específicos con implantes, tratando
casos complejos, en un espacio ideal para realizar la cirugía en un ambiente mucho más amplio y relajante. La nueva clínica de Julián Rodas cuenta con la tecnología más avanzada, pero lo que realmente importa en ella es el factor humano: el trato personalizado del paciente está obteniendo uno de los mejores índices de satisfacción.

Doctor, ¿ya está todo inventado
en vuestro gremio?

Si, por lo que hay que reinventarse. En traumatología estamos observando que cada ciertos años hay que cambiar las prótesis de otras partes del cuerpo y en el caso de los dientes ocurre lo mismo. Los implantes sufren
por el paso del tiempo. Lo que hacemos ahora es lograr que los trabajos sean más duraderos y nos estamos encontrando con muchos pacientes a los que hace unos años se les colocaron unos implantes y, como la tecnología no era tan buena entonces, se ha vuelto a intervenir. Dentro de 4 o 5 años habrá pacientes con implantes en boca que lleven 10 o 12 años y, como en casi todo, empiezan a dar problemas, por trastornos de disfunción, mala masticación o falta de limpieza.

¿Qué avances se están consiguiendo
en esta materia?
Sobre todo acortar los tiempos de colocación de las piezas dentales pero tampoco es la panacea.  

¿Entonces como hay clínicas que siguen ofertando implantes rápidos?
Hay mucho de marketing. Hay clínicas que solo buscan captar pacientes, por lo que ofertan cosas que van más en el marketing que en la realidad médica.

¿Nos puede decir cuál es el avance más importante hoy?
Volver a lo que siempre ha sido la medicina: el diagnóstico multidisciplinar. Hay pacientes a los que hay que hacerles una cosa y otros, otras. Si el médico se equivoca en el diagnóstico inicial, el resultado final no será óptimo. Hay pacientes que deberán llevar un tipo de prótesis y otros, otra. Hay pacientes a los que hay que hacerles un injerto de hueso, otros que tienen que esperar tres meses y otros ocho. Además, la tecnología y los materiales nuevos ayudan, pero todo eso sin un profesional no lo diagnostica correctamente, el resultado final no será bueno.

¿Y cómo se logra, por tanto, esta excelencia?
–Sobre todo contando con un gran equipo de personas. Desde radiólogo, odontólogo, cirujano máxilofacial, etcétera, para consensuarlo, hacer las sesiones clínicas correspondientes y ver todos los pros y contras. Nosotros llevamos 19 años trabajando en implantes. Hay estudios a 3, 5 y 8 años, pero nosotros los tenemos a casi 20. Viendo toda esta experiencia se consigue mejorar día a día.

¿Han fracasado alguna vez?
Muchas. Hemos hecho muchas cosas mal. Ahora es tiempo de reflexionar y resolver cuestiones de muchos pacientes que no están bien operados.

Ha montado esta clínica en medio de una crisis económica. ¿Cómo está la situación en estos momentos?
Gracias a nuestro trabajo tenemos un gran porcentaje de pacientes de la provincia de Córdoba, así como de Jaén, Granada y Sevilla. A lo largo de este último año hemos conseguido otra cosa que es lo que más me satisface: es la vuelta a la consulta de antiguos pacientes. Fue un desahogo muy grande el poder venirnos, pero durante el proceso hemos pasado por muchas vicisitudes técnicas.

¿Qué análisis hace de vuestras instalaciones?
Disponemos de 800 metros cuadrados de clínica, con dos salas de espera –una general y otra más individual– para pacientes que se tienen que someter a intervenciones más delicadas. También disponemos de un salón quirúrgico adaptado para todo tipo de cirugía e instrumental necesario para cualquier cirugía, así como de una serie de gabinetes dentales donde podemos tratar a los pacientes en cualquier momento, intentando evitar esperas, que si el paciente tiene una urgencia la podamos ver al instante. En exploraciones la tecnología avanzada es fácil porque consiste solo en disponer de ella. Pero si no se interpretan bien las pruebas ni se hace un buen diagnóstico inicial del paciente y lo que éste quiere, los resultados no llegan. Por tanto y para nosotros lo importante es el factor humano, la experiencia de los fracasos. Estamos viendo el resultado de nuestro trabajo de mucho trabajo durante veinte años de implantes y eso hoy es muy difícil.

¿Tienen algún nuevo proyecto en su clínica?
Tengo que decir que en ella tenemos un salón de conferencias y lo tenemos todo unido por tecnología digital a todos los gabinetes quirúrgicos. Este mes iniciamos los primeros cursos de implantología en Córdoba, básica para alumnos, incluyendo asimismo un módulo práctico en el que los alumnos colocan implantes. Estamos en contacto para atender a algunas organizaciones que atienden a pacientes con menos recursos económicos para que se puedan poner implantes en estos cursos formativos. Lo operarán alumnos que están estudiando con la ayuda de profesores. Por tanto, el reto es convertir la Clínica Rodas en un centro docente internacional al que acudan alumnos del extranjero y al mismo tiempo sea un centro de investigación de implantología dental en Córdoba.

¿Qué exploración hace de vuestros pacientes?
De todo tipo. Desde las primeras visitas sabemos la vida del paciente. Tratamos de ser muy abiertos para que el paciente nos cuente todo lo que siente. Queremos que nos cuente hasta en lo que nos equivocamos, porque así lo podremos resolver. No nos sirve que esté descontento y se vaya a otro sitio. –¿Pasan a atender a hijos y familiares de sus primeros pacientes? –Y amigos y conocidos. De hecho, somos consejeros de muchas dudas que tienen a nivel bucodental. Es tanta la confianza que existe que incluso los hijos de pacientes que han sido atendidos por nosotros nos piden asesoramiento. Pero no hay que tener duda de que hay que venir cada día ilusionado al trabajo, porque los cirujanos maxilofaciales somos médicos y detrás de cada médico hay una vocación.