Si, por lo que hay que reinventarse. En traumatología estamos observando que cada ciertos años hay que cambiar las prótesis de otras partes del cuerpo y en el caso de los dientes ocurre lo mismo. Los implantes sufren
por el paso del tiempo. Lo que hacemos ahora es lograr que los trabajos sean más duraderos y nos estamos encontrando con muchos pacientes a los que hace unos años se les colocaron unos implantes y, como la tecnología no era tan buena entonces, se ha vuelto a intervenir. Dentro de 4 o 5 años habrá pacientes con implantes en boca que lleven 10 o 12 años y, como en casi todo, empiezan a dar problemas, por trastornos de disfunción, mala masticación o falta de limpieza.
¿Qué avances se están consiguiendo
en esta materia?
Sobre todo acortar los tiempos de colocación de las piezas dentales pero tampoco es la panacea.
¿Entonces como hay clínicas
que siguen ofertando implantes
rápidos?
Hay mucho de marketing. Hay
clínicas que solo buscan captar
pacientes, por lo que ofertan cosas
que van más en el marketing
que en la realidad médica.
¿Nos puede decir cuál es el
avance más importante hoy?
Volver a lo que siempre ha sido
la medicina: el diagnóstico multidisciplinar.
Hay pacientes a los
que hay que hacerles una cosa y
otros, otras. Si el médico se equivoca
en el diagnóstico inicial, el
resultado final no será óptimo.
Hay pacientes que deberán llevar
un tipo de prótesis y otros,
otra. Hay pacientes a los que hay
que hacerles un injerto de hueso,
otros que tienen que esperar
tres meses y otros ocho. Además,
la tecnología y los materiales
nuevos ayudan, pero todo eso
sin un profesional no lo diagnostica
correctamente, el resultado
final no será bueno.
¿Y cómo se logra, por tanto, esta
excelencia?
–Sobre todo contando con un
gran equipo de personas. Desde
radiólogo, odontólogo, cirujano
máxilofacial, etcétera, para consensuarlo,
hacer las sesiones
clínicas correspondientes y ver
todos los pros y contras. Nosotros
llevamos 19 años trabajando
en implantes. Hay estudios a
3, 5 y 8 años, pero nosotros los
tenemos a casi 20. Viendo toda
esta experiencia se consigue mejorar
día a día.
¿Han fracasado alguna vez?
Muchas. Hemos hecho muchas
cosas mal. Ahora es tiempo de
reflexionar y resolver cuestiones
de muchos pacientes que no
están bien operados.
Ha montado esta clínica en
medio de una crisis económica.
¿Cómo está la situación en
estos momentos?
Gracias a nuestro trabajo tenemos
un gran porcentaje de pacientes
de la provincia de Córdoba,
así como de Jaén, Granada y
Sevilla. A lo largo de este último
año hemos conseguido otra cosa
que es lo que más me satisface:
es la vuelta a la consulta de antiguos
pacientes. Fue un desahogo
muy grande el poder venirnos,
pero durante el proceso hemos
pasado por muchas vicisitudes
técnicas.
¿Qué análisis hace de vuestras
instalaciones?
Disponemos de 800 metros cuadrados
de clínica, con dos salas
de espera –una general y otra
más individual– para pacientes
que se tienen que someter a intervenciones
más delicadas.
También disponemos de un
salón quirúrgico adaptado para
todo tipo de cirugía e instrumental
necesario para cualquier
cirugía, así como de una serie de
gabinetes dentales donde podemos
tratar a los pacientes en
cualquier momento, intentando
evitar esperas, que si el paciente
tiene una urgencia la podamos
ver al instante. En exploraciones
la tecnología avanzada es fácil
porque consiste solo en disponer
de ella. Pero si no se interpretan
bien las pruebas ni se hace un
buen diagnóstico inicial del paciente
y lo que éste quiere, los resultados
no llegan. Por tanto y
para nosotros lo importante es
el factor humano, la experiencia
de los fracasos. Estamos viendo
el resultado de nuestro trabajo
de mucho trabajo durante veinte
años de implantes y eso hoy es
muy difícil.
¿Tienen algún nuevo proyecto
en su clínica?
Tengo que decir que en ella tenemos
un salón de conferencias
y lo tenemos todo unido por tecnología
digital a todos los gabinetes
quirúrgicos. Este mes iniciamos
los primeros cursos de
implantología en Córdoba, básica para alumnos,
incluyendo asimismo un
módulo práctico en el que los
alumnos colocan implantes. Estamos
en contacto para atender
a algunas organizaciones que
atienden a pacientes con menos
recursos económicos para que se
puedan poner implantes en estos
cursos formativos. Lo operarán
alumnos que están estudiando
con la ayuda de profesores.
Por tanto, el reto es convertir
la Clínica Rodas en un centro
docente internacional al que
acudan alumnos del extranjero
y al mismo tiempo sea un centro
de investigación de implantología
dental en Córdoba.
¿Qué exploración hace de
vuestros pacientes?
De todo tipo. Desde las primeras
visitas sabemos la vida del
paciente. Tratamos de ser muy
abiertos para que el paciente nos
cuente todo lo que siente. Queremos
que nos cuente hasta en lo
que nos equivocamos, porque
así lo podremos resolver. No nos
sirve que esté descontento y se
vaya a otro sitio.
–¿Pasan a atender a hijos y familiares
de sus primeros pacientes?
–Y amigos y conocidos. De hecho,
somos consejeros de muchas
dudas que tienen a nivel
bucodental. Es tanta la confianza
que existe que incluso los hijos
de pacientes que han sido
atendidos por nosotros nos piden
asesoramiento. Pero no hay
que tener duda de que hay que
venir cada día ilusionado al trabajo,
porque los cirujanos maxilofaciales
somos médicos y detrás
de cada médico hay una vocación.