- 21/03/2016
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“Cada día atendemos más implantes fracasados de las clínicas ‘low cost’”
El cirujano maxilofacial Julián Rodas Ibáñez es uno de los médicos
españoles con mayor prestigio en su especialidad y Córdoba tiene la suerte de tenerlo como profesional y como vecino. Sin duda es una de las voces autorizadas para hablar de la actualidad del sector, sobre todo ahora, cuando se lanzan campañas agresivas de implantes a bajo en
la que el paciente tiene que sufrir las consecuencias de una mala práctica.
Dr. Rodas, ¿cómo puede haber tanta diferencia de precio entre unos implantes y otros?
Hay que tener en cuenta distintas variables. Hay que ver la calidad del implante que se va a colocar, ya que no todos tienen la misma. En segundo lugar, el profesional que lo coloca. Hay veces que no está suficientemente capacitado para ello y para iniciarse o coger experiencia tiene que trabajar en clínicas con precios bastante más económicos.
¿Pero cómo sucede esto?
Porque cursos donde se hacen prácticas y también se enseña en
la facultad, pero llega el momento en que hay que colocar el implante
al paciente. Lo importante en este caso es el grado de compromiso del odontólogo con la clínica en la que trabaja. Si por regla general esa clínica
oferta un precio muy económico al profesional le está pagando poco. Para ir cogiendo experiencia ese profesional trabaja durante un tiempo con estas condiciones, pero cuando coge más experiencia va a dejar de trabajar en ella porque no le interesa lo que le están pagando. Por tanto,
el paciente se va a encontrar que durante el proceso de intervención,
de varios meses, le atienden diferentes especialistas. Por tanto, se rompe la fiabilidad.
¿El precio de la prótesis viene
incluido en estas clínicas?
–Efectivamente. En muchas de estas clínicas se está dejando atrás el material y la calidad, así como el profesional que elabora esa prótesis. Un buen profesional va a cobrar su trabajo más caro que un mal profesional. Por tanto, si la prótesis es mala, el implante, aunque esté bien colocado,
va a fracasar. Hay que tener en cuenta también que el precio del implante no solo incluye la cirugía, sino que el profesional dedica más horas de trabajo que no se ven.
¿Como cuáles?
A lo mejor hay que hacer una reconstrucción tridimensional, estudiar el TAC, hacer unas mediciones, ver el implante específico del paciente, etcétera. Hay que estudiar cada caso y para ello hay que dedicar horas de
estudio para planificarlo perfectamente y que el resultado final sea satisfactorio.
¿En qué repercute que no se realicen estos procesos?
En el número de fracasos. Literalmente y para que el lector lo entienda, para que el implante funcione se tiene que producir un proceso en el que se introduzca un tornillo en el hueso y el organismo debe aceptarlo y
hacer un callo con él en unos meses y luego se coloca el implante. Si no se planifica bien, si el material que se usa no es el correcto y la persona que lo coloca no es la más adecuada, el porcentaje puede aumentar. Si el normal está entre un 5% y un 7%, nos podemos ir a casos del 50%. Además sale mucho más costoso al acudir a un profesional que en cuatro visitas resuelve el problema que acudir a varios durante cuarenta veces porque no tiene experiencia y todo son pegas. Por otro lado, si se colocan
prótesis que no son las adecuadas tendrán un mal funcionamiento.
Con los años, las malas presiones harán que fracasen los implantes.
¿Quizás están llegando a su consulta este tipo de implantes fracasados?
Si. Al ser nuestra clínica una referencia en cirugía, estamos teniendo
un volumen de trabajo muy importante para atender a este tipo de pacientes. Estos casos nos están provocando un sobreesfuerzo enorme, ya que tenemos que dedicar muchas horas de estudio para resolver caso
por caso. En muchos foros de estudio que tenemos compañeros
de Córdoba, Valencia, Barcelona y Madrid nos encontramos con la misma faena, y notamos un fuerte aumento. Para muchos pacientes también va a suponer un trastorno en su vida.
¿Ustedes no lanzan ofertas?
Al ser un centro formativo en el que aplicamos docencia teórica y práctica, en nuestras consultas se colocan implantes por parte de alumnos que vienen a aprender. Este tipo de pacientes tienen un precio especial porque saben que el profesional es inexperto, pero tiene la ayuda de un experto.
Los pacientes conocen la sistemática y suelen ser familiares o conocidos de otros y que están pasando un mal momento económico. También tenemos acuerdos con colectivos que nos proporcionan pacientes que realmente están mal económicamente y se encuentran en una situación
de salud oral mala. Intentamos que el esfuerzo que hacemos
repercuta en ellos, que son los más desfavorecidos.
¿Hay culto en Córdoba por lo que se suele decir coloquialmente “arreglarse la boca”?
Si. Sobre todo en la juventud y en los adultos. Además vemos que muchos niños llevan ortodoncia, y muchos adultos también. Existe cada vez una cultura mayor en Córdoba por arreglarse la boca, pero no debemos caer en el el error o en el nuevo boom de que todo el mundo se tenga que realizar implantes.
LAS FRASES:
“UN BUEN PROFESIONAL COBRA
MÁS QUE UN MAL PROFESIONAL Y,
SI LA PRÓTESIS ES MALA, EL
IMPLANTE AL FINAL FRACASA”
“SI NO SE PLANIFICA BIEN, SI EL
MATERIAL NO ES EL CORRECTO Y LA
PERSONA NO ES LA ADECUADA, EL
PORCENTAJE DE ERROR AUMENTA”
Via Diario Córdoba
